sábado, 23 de enero de 2021

El invierno se alejó

Semana 3: Estaciones del año

Hace años que desapareció el invierno, de repente un día se alejó. Atrás quedaron los meses de nieve, de viento, de frío. De sentir el alma encogida en los días sin sol. Ya no me preocupo por la escasez de comida ni por la escarcha que enfría los huesos. Ahora no veo más árboles desnudos, ni hay aludes de los que huir. No, hace años que no siento el pelaje gélido sobre los hombros, ni el vapor cálido que abandona mi hocico moteado de nieve. Ya no busco refugio, no me resguardo del vendaval, no escarbo en el suelo en busca de agua. No temo andar sobre el hielo del lago ni caer en un río torrencial. Ya no hay lago, ni bosque, ni río. No más montañas nevadas, ni nubes blancas. Atrás quedaron las noches bajo la aurora boreal. Ya no palpitan las estrellas, ni puede la luna escuchar mi aullido. No más madrugadas en el arroyo, el sol ya no derrite ni puede deslumbrar. Ya no hay rocío cubriendo las hojas, ni copos de nieve danzando entre niebla. Ya no me embriago con el aroma del lobo que fue mi pareja ni oigo el alegre ladrido de la camada que protegía. Tampoco las voces de la jauría ni los disparos del cazador. Todo desapareció de pronto, como la sangre que me avivaba, que también se alejó. Como aquellos inviernos en lo salvaje, épocas de grises y azules que tanto añoro hoy.

R.C. Martínez


Fractura

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